miércoles, septiembre 21, 2011

Tribulación por paciencia


"sabiendo que la tribulación produce paciencia;" (Romanos 5:3)

Esto es una promesa en la esencia, aunque no en la forma. Tenemos la necesidad de paciencia, y aquí vemos el modo de adquirirla. Solamente aguantando es que aprendemos a aguantar. De la misma forma que un hombre aprender a nadar, solamente nadando. No podría aprender a nadar sobre la tierra firme, ni aprender la paciencia sin no atravesar algún problema.

¿Acaso no vale la pena sufrir la tribulación por la ganancia de una serenidad hermosa en nuestro ser completo que silenciosamente acepta la voluntad de Dios, que estamos en sus manos y que nos guardará?

Aún nuestro texto pone en adelante un hecho singular, que no es según la naturaleza, es sobrenatural. La Tribulación en sí  es obra de la vanidad, de la incredulidad, y rebelión y es sólo por la obra milagrosa de la gracia que a partir de este hecho se puede trabajar en nosotros la paciencia.

¡Gracias DIOS Todopoderoso, gracias por mis pruebas que me bendicen!

DIOS Altísimo y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pido que me quites mi aflicción, pero suplico aún diez
veces más que quites de mi la impaciencia.

Precioso SEÑOR Jesús, con tu cruz grabas la imagen de tu paciencia en mi corazón y en mi mente.

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