El SEÑOR será para nosotros el mayor bien, sin que exista ninguna de las dificultades que parecen necesariamente acompañar las mejores cosas de este mundo.
¡Bendito Su amor perfecto!
Si el SEÑOR, me envía la riqueza como amplios ríos, no dejará que los barcos naveguen en forma de la mundanalidad y orgullo. SEÑOR si me concedes la salud y la abundancia de tu bendición, no dejes que "naves de guerra" que son la facilidad carnal, remonte por la corriente que fluye en los amplios ríos donde me concederás vivir en tu presencia. No me dejes encontrar los barcos de la arrogancia y confianza en sí mismo flotando en las olas de mi utilidad. Seré tan inmensamente feliz como para disfrutar de la luz de tu rostro día tras días, sin embargo, no me dejes despreciar a mis hermanos en su debilidad, ni permitir que la idea vana de mi propia perfección navege por los anchos ríos de mi plena seguridad.
SEÑOR, dame esa bendición que enriquece y no añade dolor ni pecado.
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