Reconocemos, sabemos, y lo hemos comprobado con lágrimas en nuestras vidas, que somos incapaces por nuestras fuerzas ser discípulos de Jesucristo, guardando y cumpliendo las palabras de nuestro Señor Jesucristo.
"Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre." Mateo 12:50
"Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo." Lucas 14:27
Hasta sus discípulos, reconociendo su imposibilidad, se preguntaron:
"Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?" Mateo 19:25
En aquellos momentos de frustración, cuándo hemos clamado a nuestro DIOS y Salvador como el profeta Elías:
"Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres." 1 Reyes 19:4
Recordemos la respuesta de nuestro Señor Jesucristo quien nos mira y nos dice:
"Para los hombres esto es imposible; mas para DIOS todo es posible." Mateo 19:26
Y glorifiquemos a nuestro DIOS y reconozcamos su grandeza.
El canto de Ana nos enseña:
"Jehová mata, y él da vida;
El hace descender al Seol, y hace subir. Jehová empobrece, y él enriquece;
Abate, y enaltece. El levanta del polvo al pobre,
Y del muladar exalta al menesteroso,
Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor.
Porque de Jehová son las columnas de la tierra,
Y él afirmó sobre ellas el mundo. El guarda los pies de sus santos,
Mas los impíos perecen en tinieblas;
Porque nadie será fuerte por su propia fuerza." (1Samuel 2:6-9)
Reconozcamos ante nuestro DIOS, que no somos la fuente de todo lo que se necesita.
"Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios," 2Corintios 3:4-5
Reconozcamos que solo Jehová, nuestro DIOS y Padre, por medio de nuestro Señor Jesucristo, es la fuente de todo lo que se necesita.
"Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne." Filipenses 3:3.
Reconozcamos que solo Jehová, nuestro DIOS y Padre, por medio de nuestro Señor Jesucristo, es la fuente de todo lo que se necesita.
"Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne." Filipenses 3:3.
En nosotros mismos, No tenemos los recursos que pueden salvar un alma, transformar una vida, o hacer que la iglesia del Señor sea edificada.
Desechemos la Mente natural del hombre, que supone que somos nosotros debemos ser la fuente de todo lo que se necesita para la vida diaria.
"sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado." Romanos 6:6
"En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre,(D) que está viciado conforme a los deseos engañosos," Efesios 4:22
"No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre(B) con sus hechos," Colosenses 3:9
La palabra de Dios nos advierte en repetidas ocasiones a no adoptar este punto de vista.
Los salmistas lo han proclamado:
"Danos socorro contra el adversario, Porque vana es la ayuda del hombre. En Dios haremos proezas, Y él hollará a nuestros enemigos." Salmos 108:12-13.
"No confiéis en los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación." Salmos 146:3.
"Jehová, no retengas de mí tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre." Salmos 40:11.
DIOS es la fuente de nuestras habilidades e inteligencia que nos permite aprender de su nombre. Es ÉL y no nosotros.
"Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado." Salmos 100:3
"No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad." Salmos 115:1
Amado DIOS y Padre nuestro, hechos pueblo tuyo por la obra redentora de tu Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo, me arrepiento de mi suficiencia, me arrepiento de mi frecuente tendencia a mirar a mí mismo para encontrar la suficiencia personal. ¡Qué vana y sin esperanza es la fortaleza del hombre! Señor, enséñame a esperar en ti por todo lo que necesito para una vida conforme a tu palabra Santa.
"Jehová cumplirá su propósito en mí;
Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre;
No desampares la obra de tus manos."
Salmos 138:8
Amén.
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