Cuidado, sentido común.

"Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?"
(Mateo 6:25)

Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, resumió el desvelo del sentido común de la vida, como un discípulo de la incredulidad.

Al recibir el Espíritu Santo de DIOS, experimentaremos una pregunta constante: "Ahora, ¿Dónde entro en esta relación, en las vacaciones que has planificado o estos nuevos libros que deseas leer? Él Espíritu de DIOS, nos estará recordando siempre hasta que aprendamos a ir a Él como primero. 

Siempre que nosotros pongamos otras cosas primero, habrá confusión.

"...no se preocupen de su vida..." No tome la presión de su provisión sobre usted. No solo es incorrecto preocuparse, sino que es incredulidad; la preocupación quiere que no creamos que DIOS puede cuidar de los detalles prácticos de nuestras vidas, y nunca es otra cosa, que aquellos detalles que nos preocupan.

¿Se ha dado cuenta, que nuestro Señor Jesucristo dijo qué es lo que ahogaría la Palabra que ha puesto en nosotros? ¿Es el Diablo? No, son "los afanes de este mundo" Mateo 13:22. Son siempre nuestras pequeñas preocupaciones. Cuando decimos: "No voy a confiar en lo que no puedo ver", justo ahí, es donde comienza la incredulidad. La única cura para la incredulidad, es la obediencia al Espíritu de DIOS.

Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, nos enseña, como a sus discípulos, cuidado con el abandono.