jueves, mayo 26, 2011

Bendito en todo

"Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas" Exodo 23:25

¡Qué hermosa promesa es esta! El servir a Dios es en sí mismo, una delicia dada de lo alto. Aún más, se añade un privilegio de contar con la bendición del Señor, que descansa sobrenosotros en todas las cosas. Es así, que a través de las cosas más comunes, llegamos a ser felices cuando éstas, se nos han consagrado al Señor.

Nuestro Señor Jesús tomó pan y lo bendijo; he aquí que comemos del pan bendito. Jesús bendijo el agua y lo convirtió en vino, el agua que bebemos es mucho mejor para nosotros, que cualquiera de los vinos con que los hombres se alegran; cada gota de agua dada por nuestro Señor, cuenta con una bendición en si. La bendición divina es sobre un hombre de Dios en todo, y permanecerá con él, en todo momento.

Con Dios en nuestra mesa, no sólo pedimos una bendición, sino que la tenemos. No es sólo en el altar, sino es en la mesa que Él nos bendice. Él sirve bien a los que le sirven con amor sincero. Esta bendición en la mesa no es una deuda, sino es dada por gracia. En efecto, es una gracia por triplicado, Él nos concede la gracia de servirle, por su gracia, nos alimenta con pan, y luego en su gracia, lo bendice.

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