"Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios."
Zacarías 13:9
La Gracia, la cual comprende el perdón, la salvación, la regeneración, el arrepentimiento, y el amor de DIOS, nos transmuta en metales preciosos, y luego, el fuego y el horno, siguen como una consecuencia necesaria. Nuestro DIOS misericordioso, antes que nos perdamos y seamos contados entre los siervos inútiles, nos explica este proceso, para que podamos disfrutar de su descanso, como las piedras del campo. El rechazarlo, sería cómo elegir la parte mas vil, como Esaú, que al tomar aquel guiso, renuncia a su parte del pacto. No, Señor Jesús, estaremos agradecidos de ser echados en el horno, en lugar de ser arrojados de tu presencia.
Al leer la historia de Israel, cada vez que la nación se apartaba de DIOS, Él decía que guardaba un remanente, que continuaba honrando y confiando en Él. Aquellos, se refinaron como la plata y el oro, mediante las circunstancias difíciles, que como fuego los abrazaba, pero determinados a ser parte de ese remanente de DIOS Todopoderoso, una pequeña parte del todo, es obediente a Él. Lo que es imposible para el hombre, es posible para DIOS, pues por nuestras fuerzas no triunfaremos, pero con su Espíritu, diremos: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13). Obedezcamos su palabra, sin tener en cuenta lo que haga el resto. Esto puede significar circunstancias difíciles y pruebas, pero esta escrito, debemos ser purificados como el oro y la plata, y así, cuando Cristo regrese, no nos apartaremos avergonzados de su presencia, sino que con nuestra mirada en ÉL, seremos recompensados con la vida eterna, en el Reino de Jesús el Cristo.
Amados hermanos, el fuego sólo refina; no destruye. Tenemos que ser tratados por el fuego, porque Jehová nos ama y valora a su pueblo como a la plata o el oro, y por lo tanto Él se esfuerza por purgar la escoria de sus metales preciosos. Si somos sabios, debemos más bien tomar con beneplácito el proceso de refinación, en ves de rechazarlo o cuestionarlo. Nuestra oración sea dirigida para ser sometidos al horno y al fuego, para que no seamos retirados del crisol.
Jehová, Señor, tú nos escudriñas hasta lo profundo de nuestros corazones, estamos dispuestos a fundirnos bajo el ardor de la llama. Este es tu camino y tu camino es el mejor y el verdadero. Sostienenos en la prueba, danos fortaleza e infúndenos valor para completar el proceso de nuestra purificación, y vamos a ser tuyo por siempre jamás. Jehová es nuestro DIOS.
"Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él. Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis." 1 Tesalonicenses 5:4-11
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