En la familia de la gracia hay disciplina, y aquella disciplina es bastante severa, de modo de hacer del pecado una cosa amarga.
Salomón, desviado por sus mujeres extranjeras, había establecido a otros dioses y penosamente había provocado al DIOS de su padre; por lo tanto, diez partes de doce del reino se distanciaron y se establecieron como un estado rival. Esta fue una grave aflicción a la casa de David, como resultado de una conducta impía.
DIOS, nuestro SEÑOR, castigará a sus mejores y mas amados criados, si ellos cesan en la obediencia a sus preceptos.
Quizás esta disciplina está sobre nosotros. Vamos a llorar con humildad: " ¡Oh mi DIOS!, enséñame lo que debo aprender y cómo puedo crecer".
Así mismo, nuestro DIOS nos dice dulcemente: "mas no para siempre". El castigo del pecado es eterno, pero el castigo paterno, que DIOS da a sus niños, es por una temporada. La enfermedad, la pobreza, la depresión de espíritu, pasarán cuando se cumpla el efecto deseado.
Recordemos, que no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. Nuestro dolor en la actualidad está destinado a llevarnos al arrepentimiento, para que no seamos destruidos con los impíos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario