Si alguna vez te has preguntado,
cuál fue el propósito de que el Hijo de DIOS, quien compartía la gloria en el
seno del Padre, y donde ángeles y querubines presentan constante alabanza a su
nombre; tomara forma de hombre, fuera golpeado brutalmente, azotado sin
misericordia, y muerto en forma extremadamente dolorosa y terrible, como lo es
la muerte en cruz. Si has logrado dimensionar esto, te preguntarás ¿Para qué?
¿Por qué? Pues el propósito de todo esto, eres tú. Él lo hizo, para darte una nueva
vida. ¿Podrías rechazar semejante sacrificio?. El vino a llamar a sus ovejas a
su redil.
“El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a
las ovejas perdidas de la casa de Israel.” Mateo 15:24.
“También tengo otras ovejas que no son de este
redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un
pastor. “ Juan 10:16.
En Lucas 5:27-32, Jesús aclara
aún más a quién está llamando:
“Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los
enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
“ Lucas 5:31-32.
Hemos visto en el Capítulo
anterior, que todos hemos pecado y en consecuencia, separados de DIOS. De esta
forma, todos estamos o estuvimos en aquella condición. Se nos ha dicho que
éramos como ovejas perdidas y extraviadas, pero Jesucristo vino por nosotros,
para darnos una nueva vida y reconciliarnos con el Padre. Por medio de
Jesucristo, hemos recibido este inmerecido regalo. Reconozcamos y aceptemos la
verdad de su misericordia y su grandeza, de ofrecerse asimismo por nosotros.
“Anduvieron perdidas mis ovejas
por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra
fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase
por ellas.” Ezequiel 34:6.
De ahí nace el arrepentimiento,
al reconocer la perfección de DIOS, y nuestra humilde condición. Aquel
arrepentimiento sincero, nos traerá perdón, y reconciliación con DIOS creador y
omnipotente.
“El que encubre sus pecados no
prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.”
Proverbios 28:13.
“Cuando el
Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces
se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las
naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de
los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad
el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.”
Mateo 25:31-34.
Nuestras vidas son cambiadas, no
solo para este tiempo, sino para vida eterna. ¡Que maravilloso regalo!
Cuando nuestras vidas son
cambiadas, no son para mantenernos callados, es para contar de su misericordia,
y abrir los ojos a quienes estén perdidos,
distraídos o demasiados ocupados con cosas de la vida, ignorando la
verdad de Jesucristo y la trascendencia de este acto, hacia la eternidad. En
este mundo tenemos aflicciones, penas, ocupaciones, distracciones, miedos, momentos felices y otros no tan felices, que
en su conjunto nos distrae de una verdadera reflexión del propósito de
Jesucristo aquí en la tierra. Y seguramente, compartirá conmigo, que en
momentos de aflicción profunda, nos acordamos de lo frágiles que somos y lo
desnudos que estamos. ¡pero hay esperanza! Y esa esperanza se llama Jesucristo
el Hijo del DIOS viviente.
“Justificados, pues, por la fe,
tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien
también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y
nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que
también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce
paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no
avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por
el Espíritu Santo que nos fue dado. Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a
su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo;
con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su
amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de
la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte
de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no
sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro
Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. “ Romanos 5:1-11.
Si ha ido a su cuarto, y ha
recibido el perdón por su arrepentimiento sincero, entonces tiene una historia
que contar. Ahí fuera, hay ovejas perdidas, confundidas y distraídas en su día
a día, necesitadas de volver al redil, de recibir perdón. Nuestro cambio de
vida, creará un cambio en el prójimo.
Jesús regresará pronto. Maranata.